de todo. No se me olvida nada, no creas.
De tus teorías sobre el sol y de cómo es que quema la piel.
La piel delicada como la mía y la curtida como la tuya y de cómo yo tengo que cuidarme y vos tenés inmunidad.
De las medidas de tiempo y de distancia.
De cosas que ni sé cómo ni para qué.
De lo bueno y de lo malo.
Porque yo también lloré, aunque en silencio, pero también lloré.
Y, a veces, ahora también lloro.
Tal vez porque el recuerdo no me baste ni lo quiera ni me conforme.
No sé lo que siento, pero me acuerdo.
Aunque todo me pida que te olvide.
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