Todo lo que tenía que pasar, pasó.
Y todo lo que había que sufrir, aún se está sufriendo.
Y quizá sea consecuencia del pasar.
O, quizá, más bien necesario.
Estoy creciendo y vos también.
Aunque tanto te cueste notarlo.
Creciendo desde adentro hacia afuera
como se empieza a crecer cuando uno ya es lo suficientemente grande
como para ser más alto.
Pasaremos y sufriremos y creceremos
y nos volveremos a encontrar.
Más grandes, más fuertes
y, espero, más felices.
Y seré feliz por ti.
Y ojalá seas feliz por mí.
Porque así, ahora, ya no somos felices.
A pasar, a sufrir, a crecer.
Es justo y necesario.