viernes, 17 de julio de 2009

Nosotros

Hace muchos años, (o tal vez no tantos, pero parecen demasiados desde acá) yo lloraba sola encerrada en un baño. Un problema que no viene al caso -aunque me siga persiguiendo cada tanto- se había empecinado con romperme el alma. No fue la primera ni la última vez que lloré. Que lloré y dolió el pecho. Que dolió el pecho y me faltó el aire, no del que se inhala y exhala en el mecánico acto de respirar sino del que se necesita para vivir. O, al menos, para vivir con ganas.

Pero, aunque no fue la primera ni la última -y mucho menos la única- vez que lloré, la recuerdo como si fuera hoy. Creo que si hiciera el esfuerzo, me acordaría de la ropa que llevaba puesta y de los ruidos que oía más allá de mí. De todos modos, de lo que sí me acuerdo es de alguien a mi lado hablándome bajito pero firme. Buscándome los ojos con la mirada, pidiéndome sin hablar que confiara en esa voz. Y, casi sin querer, casi sin darme cuenta, confié.

Recuerdo con exactitud cuál fue la palabra mágica para que alguien como yo, tan difícil de ceder, tan difícil de dejarse llevar, de mostrarse vulnerable y aceptar un consuelo, se entregara y, por primera vez, creyera que todo iba a estar bien.

- ¿Sos consciente de que estás mal, de que estás sufriendo? - , me dijo, sin rodeos, después de escucharme hablar por un rato y de mirarme llorar otro tanto.

- Sí - , le contesté, sabiéndome consciente de todo, aunque quizá no tuviera muy claro todavía de qué.

Hizo una pausa, tal vez también una sonrisa, y agregó:

- Bueno, entonces ya tenemos algo a nuestro favor.

Escuché "nuestro" y de pronto me pareció sentir que el problema no era sólo mío. Que había alguien más que estaba dispuesto a abrazarlo conmigo. A abrazarlo hasta asfixiarlo, hasta que no tuviera más razón de ser. Escuché "nuestro" y ahí, sin dudarlo, sentada en el piso de un baño con la cabeza apoyada sobre las manos, supe que no estaba sola.

Hoy, después de muchos días de sentir esa angustia casi permanente y de esas inminentes -y tan inoportunas- ganas de llorar, me di cuenta de que lo que necesito es un nuestro. Un nuestro que implique un nosotros, un dos que sea uno solo, un llanto compartido, una mano tendida con sinceridad, dispuesta a ofrecerme la otra si es necesario.

Pero sé que conseguir un "nuestro" es mucho más difícil que todo lo que he estado pidiendo inútil y erróneamente en estos días. Más difícil que obtener comprensión, más difícil que encontrarse con una misma, más difícil que conseguir que te dejen en paz, más difícil que esperar a que vengan tiempos mejores.

Porque el que habla de tus problemas personales haciendo uso del plural, el que de corazón sustituye un "tu" por un "nuestro", lo hace aun sin comprender, lo hace incluso si estás perdida, lo hace aunque sea en el medio de un caos en el que no se avecinan tiempos mejores a kilómetros de distancia.

Necesito un "nuestro". Y cómo me gustaría que me lo dijeras vos.



5 comentarios:

  1. Admiro la capacidad que tenes de provocar tanta empatía con el relato ... hacerme dueña de esta situación de necesitar este nuestro que no es cualquiera ... que es único y es tal cual lo escribís...

    "Un nuestro que implique un nosotros, un dos que sea uno solo, un llanto compartido, una mano tendida con sinceridad, dispuesta a ofrecerme la otra si es necesario"

    Gracias por darnos estas palabras señorita... se nota mucho que escribe porque respira ...

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  2. Bueno mi amor...primero lo primero...Las lagrimas nunca son inoportunas,asoman cuando el alma necesita un respiro...un desahogo...o una limpieza profunda de muchas emociones que se confunden y se mezclan en nuestro interior.
    Aca entre "nosotras",salir del caparazon bajo el cual nos protegemos es siempre dificil...porque ahi adentro nos sentimos a salvo de muchas cosas...pero el salir tambien significa vivir y el dolor...pequeño...grande...intolerable...o que nos hace creer que llegamos a nuestro limite,tambien nos enseña que estamos vivos...y que no hemos perdido la capacidad de sentir...
    Asi que hoy vuelvo a repetir...sos conciente de que estas mal?,de que estas sufriendo?.
    Entonces ya tenemos algo a "nuestro" favor.
    Entre vos y yo siempre habra un "nosotras" y un "nuestro",porque sos parte de mi alma desde que te conoci y porque para mi es un privilegio y una bendicion tu presencia en mi vida,aun a la distancia,que al fin y al cabo,es solo fisica.
    Sos un ser humano hermoso y excepcional,nunca lo olvides.Tenes una vida interior plena y maravillosa que compartis y derramas sobre todo aquel que tiene el corazon abierto para recibirla...
    Aqui estoy,como ayer...como hoy...y como siempre.Con las dos manos extendidas,con el corazon escuchando y con el amor que nos permita abrazar nuestro problema y asfixiarlo...

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  3. Como dijo Flor, tenés esa capacidad de hacernos dueños de la situación.

    Aunque tambien creo que el ser humano por naturaleza se pasa la vida necesitando ese "nuestro".

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